Bandolero mexicano
Conocido El Güilo, El Pipi o El Rengo
Padres: Jovita Tapia y Andrés Sosa
Cónyuge: Guadalupe Méndez
Hijos: 3
Nombre: Crispín Sosa Tapia
Apodos: El Güilo Sosa, El Rengo, El Güilo, El Pipi
Altura: 1,88 m
Crispín Sosa nació el 25 de octubre de 1951 en Izúcar de Matamoros, Puebla, México.
Familia
Hijo de Andrés Sosa y Jovita Tapia, tuvo cuatro hermanos y dos hermanas.En la infancia se distinguió por su habilidad como jinete, sus destrezas en el pastoreo y su afinidad con los animales. Poseía gran habilidad para el acarreo de ganado y la monta sin silla, habilidades que fueron el origen de su apodo tras sufrir un accidente que le dejó una lesión permanente en su pie derecho.
Estudios
Durante un breve periodo asistió a la escuela Santiago Apóstol, que hoy en día se conoce como UEP Miguel Cástulo Alatriste, en Izúcar de Matamoros.Familiares asesinados
En septiembre de 1963, su abuelo Valeriano Sosa, presidente auxiliar de Puctla y presidente de las aguas de riego de la misma localidad, fue asesinado. Este evento desencadenó un conflicto de interés significativo para las autoridades estatales y precipitó una ola de violencia en Puctla.Durante este período, la familia de Crispín sufrió los asesinatos de su padre, Andrés, y sus tíos Cenobio y Bonifacio. Crispín, con tan solo doce años, sobrevivió al derramamiento de sangre que afectó a su familia, enfrentando la orfandad junto a su madre y hermanos. A esa misma edad, cometió su primer homicidio en defensa propia contra un adversario de su familia. Se rumora que Crispín apuñaló a su agresor, presuntamente un ladrón que tenía órdenes de asesinarlo. Al percatarse del peligro, actuó en legítima defensa. Este incidente se registra como la primera muerte atribuida al bandolero de la cual las autoridades tienen constancia.
Con los años, la saga de violencia continuó con la pérdida de sus hermanos, quienes cayeron en emboscadas: Fidel en Izúcar de Matamoros en 1986, Cirilo en Alpoyeca, Guerrero en 1987 y Juan en Puctla en 1989.
Etapa criminal
Tras las muertes de su familia, comenzó su trayectoria delictiva. Fue perseguido por las autoridades por sus acciones criminales y evadió a la justicia mexicana al disfrazarse de sacerdote y de mujer. Se le adjudican más de 50 muertes. Nunca mató por la espalda ni a traición: los hechos ocurrieron en tiroteos, en defensa propia o mayoritariamente en duelos con rivales y contra cuatreros del territorio poblano.Uno de sus rasgos distintivos era que siempre llevaba consigo un fusil M1 y, ocasionalmente, vestía un gabán bajo el cual ocultaba su arma. Conducía un automóvil clásico Volkswagen Tipo 1, conocido popularmente como Vocho o escarabajo. Era frecuente verlo en diversas zonas de la Mixteca poblana; los municipios donde se le avistaba más a menudo incluían Atzala, Tlapanalá, Tepeojuma, Acatlán de Osorio, Tehuitzingo, Chinantla, Chietla, Tepexi de Rodríguez, Chila de la Sal, San Juan Epatlán, San Martín Totoltepec, Xochiltepec, Tilapa, Ahuehuetitla y Piaxtla, además de en pequeñas comunidades rurales de dichos municipios.
Fue detenido, pero logró escapar de la prisión de Izúcar de Matamoros, dejando su proceso legal sin resolver y convirtiéndose en fugitivo. A principios de la década de 1970, llegó a un acuerdo con las autoridades estatales para cesar la persecución en su contra, a cambio de contribuir a la paz de su comunidad. Este pacto le otorgó, por un tiempo, cierta paz gracias a
Resumen
Conocido por los apodos El Güilo, El Pipi o El Rengo, fue un bandolero mexicano que se convirtió en leyenda en el estado de Puebla. Se le atribuyen más de 50 muertes, entre ellas la de un oficial de la Policía Federal de Caminos.
Corrido mexicano de Crispín Sosa
En Puctla región del Sur
lugar sereno y tranquilo
mataron a Crispín Sosa
que le apodaban el Güilo
hombre de mucho valor
traía la vida en un hilo.
Empezaba a amanecer
el sol apenas salía
fue el mero siete de agosto
no se me olvida ese día
lo acribillaron a tiros
por muertes que ya debía.
Crispín tenía que pasar
camino a los arrozales
donde estaban emboscados
toditos los criminales
ya lo estaban esperando
como estatales y federales.
Empezó la balacera
con rifles y metralletas
Crispín parecía una fiera
se revolcaba en la tierra
para pelear con quien fuera.
Les contestó y se murió
por medio de la emboscada
pero también se llevó
al de la mala jugada
al hombre que lo entregó
en el que siempre confiaba.
Solo tres cruces quedaron
como un recuerdo de todos
en el lugar que pelearon
muy cerca de Matamoros.
Así fue como acabaron
Dios lo dispuso así, y ni modo.
Ya con esta me despido
del bello estado de Puebla
aquí termina el corrido
que el viento lejos se lleva
de un hombre muy decidido
que solo el recuerdo queda.